Por Ulises Rodríguez

PARA LA GACETA - MAR DEL PLATA

El mito cuenta que una película tucumana, filmada en 1965, cambió la historia del terror moderno a nivel mundial. Se llamó Zombies en el cañaveral, fue dirigida por Ofelio Linares Montt y producida por Manucho Miranda. Es todo un misterio de la cinematografía argentina porque no quedan copias de ese filme. Solamente un trailer y un afiche.

El director tucumano Pablo Schembri fue detrás de esta historia para saber qué pasó con esa cinta. En ese derrotero entrevista a su director, reúne a los actores que aún están con vida y junto con el escritor Luciano Saracino van tras los pasos del guión para soñar -tal vez- con volver a filmar esa película que se estrenó en Estados Unidos con éxito, que fue prohibida en Argentina y que tuvo un litigio con La noche de los muertos vivos de George Romero, estrenada en 1968, por considerar que habían plagiado la idea de los realizadores tucumanos.

Rodado casi en su totalidad en Tucumán y una parte en Buenos Aires el documental tiene ficción e historia real en partes iguales. “El proyecto tuvo que ver con la búsqueda de historias y personajes interesantes y desconocidos en nuestra provincia surgidos en la investigación para una serie de televisión llamada Norte secreto historias y leyendas del Norte Argentino”, explica Pablo Schembri a LA GACETA.

En 2012 el proyecto ganó el concurso federal Raymundo Gleyzer que con el accedió a un fomento del Incaa. A mediados de 2018 comenzó el rodaje con un equipo integrado, entre técnicos y participantes, por más de 50 personas de los cuales sólo 10 fueron de Buenos Aires y el resto tucumanos.

- Considerás que es un documental de género, ficción, bizarro o ¿cómo lo definirías?

- Un tanto difícil ponerle un único género ya que tiene muchas líneas argumentales. Se habla de la historia de Tucumán, de la historia de nuestro país, de la censura, de una película maldita en una época difícil, de dos tipos que tuvieron el sueño de hacer una película y se habla mucho de cine y especialmente de cine de terror. Sobre todo es una película que habla de cine, que tiene un profundo amor cinéfilo y que, en el fondo, habla de la idea de perseguir un sueño sin importar el costo.

- ¿Qué relación encontrás entre esos zombies y el contexto histórico de finales de la década de 1960, que se encuentra atravesado por la represión y la censura?

- Tanto en el caso de La noche de los muertos vivos de George Romero de 1968, donde los zombies representaban, según palabras del director, a los soldados que volvían de Vietnam como los de Zombies en el cañaveral de 1965 que, como dice una de las entrevistadas, “para la censura esos zombies representaban al pueblo oprimido rebelándose contra el poder”.

La última aparición de la Coca

La película cuenta con el privilegio de ser el último filme en el que aparece un mito del cine argentino como fue Isabel Sarli, fallecida en junio pasado. La actriz hace referencia a la censura sufrida en aquellos años, los mismos en los que la única cinta existente de Zombies en el cañaveral fue enviada al Instituto de Cine para su calificación, prohibida y nunca más devuelta a sus autores que, infructuosamente, trataron de recuperarla por todas las vías posibles.

“Su participación tiene mucho que ver con ser una parte fundamental de la historia del cine en nuestro país y haber sufrido, como casi ningún artista, los embates de la censura. Como experiencia profesional y personal, para mí y para el equipo que estuvo ese día, creo que será una de las cosas más memorables de nuestras carreras”, cuenta el director del filme que acaba de participar en la Muestra de Cine Fantástico y de Horror Linares de México y lo hará, en diciembre, en el Buenos Aires Rojo Sangre (BARS).

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Ulises Rodríguez - Periodista y crítico de cine.